jueves, 17 de abril de 2014

El maestro de loma linda

EL MAESTRO DE LOMA LINDA:

Vive su profesión como una vocación: Goza de competencia científica, calidad humana e idoneidad moral, respaldada en la rectitud de intención, servicio del bien común, y virtudes como la honradez, generosidad, orden, perseverancia, fortaleza, sobriedad, justicia; desde este punto de vista tiene un sentido más profundo que va más allá de la profesionalidad.

Posee una visión integral de la persona: Promueve la riqueza humana en su totalidad: inteligencia, racionalidad, habilidades prácticas, sensibilidades estéticas, sentimientos, afectividad, conciencia moral y responsabilidades sociales.

Educa en la justicia desde la vivencia de la justicia: Da todo lo que es como profesional al estudiante y a la institución; se exige a sí mismo preparación, actualización y formación permanente en aras de ser competente en su ejercicio. Reconoce la diversidad de sus estudiantes y dosifica la exigencia, los métodos, los medios y criterios de evaluación teniendo en cuenta las diferencias individuales.

Promueve la cultura de la solidaridad: Actúa con libertad, es decir, con disponibilidad para desprenderse de lo propio, superando el interés exclusivo. Vive la caridad y da un uso razonable y social a lo que posee.

La riqueza del conocimiento: El educador trabaja por la formación integral del estudiante, tiene el deber moral de trabajar en equipo y desarrollar la capacidad para integrar su área o disciplina propia con la demás áreas.

Se compromete con la comunidad: Valora y cuida el patrimonio cultural de su comunidad. No puede un maestro hablar mal de la comunidad donde trabaja; de sus gentes y su cultura. Contribuye a conservar sus bienes fundamentales, enriquecerlos, renovarlos, actualizarlos y mejorarlos.

Es protagonista y autor del currículo: Dentro de su autonomía actúa de manera Interdependiente y trabaja con otros en la selección responsable de los objetivos valiosos y formativos.

La formación permanente como actitud: Se preocupa por sí mismo, se dedica tiempo y medios necesarios para su profesionalización. Aprovecha las oportunidades de actualización. Es un investigador, con una investigación reflexiva sobre su actividad educativa, en la labor de enseñar a los estudiantes a aprender a realizar la dimensión ética de la investigación.

El interés por lo afectivo y lo estético: Los sentimientos son camino de la reflexión, del pensamiento; la teoría y la imaginación tienen partido si están unidas al sentimiento, al compromiso afectivo con lo que enseña y con aquellos a quienes enseña. La estética no se puede quedar en un puro esteticismo o en el hedonismo, porque para la educación hay que acceder a las dimensiones de pensamiento, espiritualidad, a la reflexión como característica singular en el hombre.


Educación ambiental: Pensar en las generaciones futuras, no solo teniendo en cuenta la herencia ecológica, sino también la cultura espiritual, moral, sin matricularse a visiones diferentes a la enseñanza divina.








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